La sociedad presenta al Ayuntamiento la venta de 3.000 metros cuadrados para conseguir dinero que le permita amortiguar los 150.000 euros que debe.
J. A. GARCÍA. Fermoselle, La Bodega Cooperativa "Virgen de la Bandera", de Fermoselle, sumida en una difícil situación económica por causa de deudas que rondan los 150.000 euros, trata de salir del hoyo agarrándose a todas las fórmulas posibles, entre las más expeditivas la venta de terreno. No ha faltado por ello «que se alcen voces para que no se abra».Durante los dos últimos años la actual dirección, presidida por José Manuel Peños, y con José María Robles, como secretario, ha perseguido rebajar dicha deuda a toda costa, con cierta satisfacción al haber conseguido descender «desde los 240.000 euros hasta los 84.000 euros», según precisó Robles. Pero ahora se han visto sorprendidos por el batacazo del fallo de una sentencia del Tribunal Superior que les condena a pagar una indemnización de casi 50.000 euros por despedido improcedente de una ex trabajadora, más una sanción de 11.700 euros (han pagado la mitad) por verter las aguas derivadas de la limpieza de las cubas y de las tolvas al reguero "Los Olivicos", al igual que se ha hecho desde su puesta en marcha hace medio siglo.Ante el apremio de saldar parte de las abultadas deudas, y el firme deseo de reflotar la cooperativa "Virgen de la Bandera", la venta de terreno es barajada como una medida urgente y salvadora. Sobre este particular, los responsables han ofertado al Ayuntamiento la venta de unos 3.000 metros cuadrados por un importe que ronda los 90.000 euros, «negociables». Sin embargo, hasta el momento no ha habido ningún acuerdo con el regidor Manuel Luelmo. En lo tocante a los terrenos existe el problema de estar calificados como industriales, aspecto éste que exigirá una recalificación urbanística para convertirlos en urbanizables y viables para la edificación de viviendas. La cooperativa pone a la venta terrenos que considera «de poca utilidad para la entidad pero de gran beneficio para el Consistorio por hallarse lindantes a la carretera y próximos al centro neurálgico de la villa». En el criterio de los responsables de la entidad vinícola los recursos económicos obtenidos por esta venta darían estabilidad a la cooperativa y permitiría colocarla en una posición de solidez de cara al futuro.Es un situación que posiblemente sea tratada en la reunión de socios prevista para finales de semana, y que viene a sumarse a las convocatorias recientes donde los asociados están analizando con detalle la situación de la cooperativa y proponiendo soluciones de muy diferente calado, entre ellas, poner dinero de sus bolsillos para saldar las deudas más improrrogables.La crisis ha ido adueñándose de la sociedad fermosellana desde hace años, y tal estado ha propiciado un constante cambio de la cúpula directiva, una pérdida de asociados y un irrefrenable descenso de la entrega de uva por parte de socios que han perdido la esperanza al entregar un producto que no cobran. A estas fechas, tienen totalmente pendientes las campañas de los años 2004.2005 y 2006.La ilusión por sacar a la cooperativa del marasmo es una constante en cada Directiva que toma el mando. José María Robles, que insiste en el esfuerzo por amortiguar la deuda contraída por la bodega, señaló al respecto que este año hemos podido pagar los primeros diez céntimos a la gente por su esfuerzo de entregar las uva de la campaña del año pasado. Robles, que tomó el cargo el 26 de septiembre de 2006, incluso ha sido partidario de solicitar una auditoría, aunque sin éxito. Asimismo pone de manifiesto que la Directiva ha intentado por activa y por pasiva reflotar la cooperativa. Según explica, se ha hablado con mayoristas de La Coruña y de León, que no entienden cómo una cooperativa propia y con productos propios decrece en tanto que otras que compran el producto y alquilan la cooperativa crecen. Precisó que actualmente se vienen vendiendo unas 33.000 botellas y la entidad estaría salvada si fuésemos capaces de introducir en el mercado 100.000 botellas. Estos mees de atrás han conseguido vender un total de 74.000 litros a granel. Y mantienen operaciones abiertas en Vigo, Almería y Extremadura. Empero las sanciones les han situado en una coyuntura poco favorable para la comercialización.La transparencia es uno de los pilares de la gestión de la nueva directivaDesde el mismo momento de tomar las riendas hace dos años, los nuevos gestores de la cooperativa "Virgen de la Bandera" han hecho un llamamiento a los viticultores para integrarse en la sociedad con el fin de ampliar el número de socios. Otro pilar en el que ha tratado de sentar su gestión el actual equipo dirigente radica «en minimizar los costes». A tal fin fueron suprimidos algunos puestos como el de sumiller y enólogo. La transparencia es otro de los pilares de su gestión. De ahí la apuesta por convocar asambleas donde los socios puedan conocer la realidad de la situación y hacer valer todo tipo de medidas que puedan invertir la marcha en picado de la bodega. «No se puede saber el problema y mirar para otro lado», expresa Robles.La obtención de la Denominación de Origen Arribes fue acogida con grandes expectativas por el sello de calidad que otorga a los vinos elaborados, y es una de las esperanzas que albergan los responsables para ganar prestigio y mercado.La anterior directiva, presidida por Tomás Marcos, también tomó las riendas en un momento delicado y con similar entusiasmo de voltear el declive. Esta directiva estuvo a punto de sacar adelante un acuerdo con el Ayuntamiento y la Dirección del Parque Natural Arribes del Duero consistente abrir una oficina con tienda verde, a cambio de ceder un terreno que sería adecuado para aparcamiento de autobuses. «Era como un alquiler de uso que vimos interesante, y también adecentaban el terreno», indica Marcos. Fue un proyecto que el propio Ayuntamiento consideró positivo por cuanto que Fermoselle, con una innegable peso turístico, necesita de lugares apropiados donde los autobuses puedan detenerse para que los pasajeros puedan apearse o coger de nuevo el vehículo. Este punto de entrada a la Cooperativa quedaba próximo al casco histórico y al centro de la villa, al que el personal podía acceder a través de una calle recientemente restaurada. En dicha tienda la directiva de la cooperativa tenía previsto dar a conocer y comercializar los productos elaborados en la bodega y la almazara.El ilusionante proyecto estaba ya visado y la nueva directiva lo desestimó.
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