Los integrantes de la bodega "Virgen de la Bandera" abonarán entre 100 y 350 euros cada uno para liquidar el coste de un despido improcedente.
J. A. G. FermoselleLos socios de la cooperativa "Virgen de la Bandera", de Fermoselle, acordaron en asamblea afrontar el pago de los casi 50.000 euros que están obligados a abonar a una ex empleada por despido improcedente. Y lo harán poniendo dinero de sus propios bolsillos. Pretenden así salvar la quiebra de una bodega y una almazara que consideran trascendente para la economía local y que constituye, además, una instalación por la que apostó la población, hace medio siglo, con todas las ilusiones del mundo. «Hay mucha sensibilidad», expresó el secretario de la cooperativa, José María Robles, de ahí que el salón de plenos registrara una concurrencia inusual de fermosellanos.Aunque se barajaron diversas fórmulas, finalmente fue elegida la estudiada por la Alcaldía y la presidencia del Consejo Regulador de la Denominación Arribes, que propusieron un reparto de la cuantía entre los asociados conforme a una modulación «del capital social». De este modo, los socios con una cantidad asignada hasta 1.000 kilos pagarán 100 euros, hasta 1.500 kilos pagarán 150 euros, hasta los 2.000 kilos 200 euros, hasta 2.500 kilos 250 euros, hasta 3.000 kilos 300 euros y los socios que superen esta cantidad abonarán 350 euros.Esta modulación será remitida a todos y cada uno de los socios sin demora porque a partir del día 3 de diciembre podrá exigirse la ejecución de sentencia y no quieren tener más tiempo este lastre. Al aceptar esta fórmula, fueron desechadas otras propuesta como la de pagar conforme a la media de entrega de los tres últimos años, así como la aportación de cada socio de 200 euros o una tercera de pago por kilos. Robles señaló que «por cosecha no podía hacerse porque no siempre ingresan cosecha en la cooperativa las mismas personas, ni la uniformidad de los 200 euros porque hay diferencia de producción de unos y otros socios, así tampoco por kilos porque a algunos socios les tocaría pagar mucha cantidad».Para el alcalde, Manuel Luelmo, el pago de los socios «es la única manera de salvar, de momento, la entidad y permitir que siga funcionando». El presidente del Consejo Regulador, Manuel Moya, también sostiene que, en principio, «es la única vía y una solución a corto plazo, porque lo urgente es liquidar el despido y hacía falta liquidez».La determinación y la aceptación fue de tal calado que uno de los socios expresó que «es la primera vez que se pide dinero y la gente queda contenta». Esta concepción revela el deseo de la población por mantener en vida una entidad que es un referente único en la provincia de Zamora, al no existir ninguna otra almazara.José María Robles manifiesta que la opción elegida es la mejor, y afirma que la cantidad «es soportable» para los asociados. Insistió en la necesidad de tomar cartas en el asunto para evitar que la cooperativa «sea de los bancos o de los juzgados», y resalta el hecho de que la práctica totalidad de los asistentes «estaban mentalizados de que había que aportar dinero para sacar adelante la cooperativa». El dinero de los socios irá exclusivamente a saldar el despido.El secretario de la entidad "Virgen de la Bandera" también aprovechó la asamblea para dar un repaso a la situación. En el primer punto del orden del día reveló que al hacerse cargo de la cooperativa se halló con una obstrucción porque los ordenadores no presentaban los contenidos «y faltaba la agenda de direcciones y teléfonos de proveedores y de gente relacionada con la bodega».Miedo a perder el control sobre el aceite, «el petróleo de Los Arribes»«El aceite es el petróleo de los Arribes». Con esta afirmación quiso el secretario de la cooperativa "Virgen de la Bandera" dejar claro la importancia de este producto y la necesidad de seguir manteniendo en uso la almazara de Fermoselle. Hizo referencia «al miedo» que existe entre los socios «a meter la aceituna y a no sacar la producción» porque fuera a caer en otras manos. Con el pago de los casi 50.000 euros, queda despejado el camino y los asociados podrán seguir moliendo la aceituna y recogiendo el preciado aceite. Robles defiende el esfuerzo realizado en los últimos años para rebajar la deuda, que han conseguido descender desde los 240.000 euros hasta los 84.000 euros (al margen del despido). Los asociados de la cooperativa no están dispuestos a perder una cooperativa que es un patrimonio y una instalación que despierta las mejores expectativas en un momento en que se ha conseguido la Denominación de Origen Arribes, parar el vino, y que el aceite destaca como uno de los productos típicos y mejor valorados.
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